domingo, 4 de marzo de 2018

POZOBLANCO Y VILLANUEVA DE CÓRDOBA. NUESTRA SEÑORA DE LUNA.


IMAGEN

Según la memoria legendaria que ha perdurado entre los pozoalbenses, la aparición de la Virgen se produjo en el siglo XV en el quinto de Navarredonda, en plena dehesa de la Jara que compartían las Siete Villas de los Pedroches, entre las que estaba incluida Pozoblanco.
Nuestra Señora se manifestó en una encina a un pastorcillo natural de la villa madre de Pedroche. El zagal intentó en varias ocasiones llevar la imagen a su pueblo natal pero ésta desaparecía en cada intento y volvía a reaparecer en la misma encina. Finalmente se optó por levantarle una ermita en el lugar de la aparición.
Cabe suponer que a lo largo de los siglos la imagen primigenia debió ser reemplazada por otras sucesivas pero la existente al comenzar el siglo XX fue destruida en los inicios de la malhadada Guerra Civil, cuando se encontraba en la localidad de Villanueva de Córdoba. Por el análisis de los restos de la madera de cedro pertenecientes a una mano original que se conserva, esta imagen había sido tallada durante el siglo XVIII.
Tras el conflicto bélico se decidió adquirir una nueva imagen, encargada en 1948 al escultor valenciano Francisco Pablo. Fue costeada mediante colecta popular y donativos de personas e instituciones relevantes.
El primer retablo con el que contó la ermita y cobijaba a la Virgen fue construido por iniciativa del presbítero y comisario del Santo Oficio Alonso Martín de Villaseca, hermano de la venerable Marta Peralbo, quien en 1678 encargó a un maestro entallador y ensamblador de Torremilano, Alonso Sánchez de Medina, la realización del mismo a cambio de 300 ducados.
Nuestra Señora de Luna ha portado distintos ajuares de joyas a lo largo de los siglos, fruto de la generosidad de sus devotos. La documentación histórica aporta noticias, por ejemplo, de la donación a la Virgen en 1595 de una sortija, puños y cuellos destinados a engalanar la imagen. Destacan igualmente los valiosos mantos realizados en tejidos y bordados nobles.

En siglos pasados el santuario contó además con diversos altares e imágenes como la de el Señor de la Expiación (un crucificado muy venerado), Santa Lucía, San Diego, la Virgen de la Aurora… y cuadros como el dedicado a San Martín, destruidos durante la última guerra civil y después renovados. También contaba con una réplica pequeña de la imagen de la Virgen de Luna conocida como la Aparecida.
Como imagen viajera (a lo largo del año la Virgen se desplaza a Pozoblanco y Villanueva y el resto del año permanece en el santuario), Nuestra Señora de Luna ha necesitado de andas para los traslados y romerías. Las más antiguas de que tenemos noticia datan de finales del siglo XVI y fueron doradas a principios del siglo XVII.
La fama y popularidad de Nuestra Señora de Luna está consignada desde hace siglos. Los pozoalbenses la invocaban con rogativas y la procesionaban en los momentos de necesidad o peligro, como cuando había falta de lluvias (“por los buenos temporales”) o en el caso de epidemias. Un informe sobre la villa firmado a finales del siglo XVIII por el vicario, Bartolomé Herruzo, afirma: “Dentro del Pueblo no hay Santuario e Imagen Célebre, pero sí en el término, a distancia de dos leguas entre Levante y Sur está uno erigido donde se da culto a la Imagen de María Santísima con la advocación de Luna, cuya aparición es antigua, y por su intercesión han logrado los naturales muchos beneficios de la Divina piedad”.
El ayuntamiento pozoalbense decidió en 1960 sustituir el nombre de la denominada hasta entonces calle del Cerro rotulándola con el de Virgen de Luna. Uno de los colegios de la ciudad lleva igualmente su nombre así como numerosas empresas.

SANTUARIO

El santuario de la Virgen de Luna está ubicado en el quinto de Navarredonda, en plena dehesa de la Jara, prototipo de bosque mediterráneo de encinas, en un lugar que fue término común de las Siete Villas y hoy pertenece al término municipal de Pozoblanco.
Las noticias conservadas por la tradición aseveran que la primitiva ermita fue levantada gracias a la iniciativa de una piadosa mujer de Pedroche, pero pasados unos años la propiedad fue donada a Pozoblanco. Las fuentes históricas y los restos arqueológicos señalan la posible existencia en el mismo lugar de cultos precristianos e incluso prehistóricos.
Tanto el santuario como el fervor a Nuestra Señora de Luna nacieron, al igual que otros varios de la comarca, con un carácter comunitario y supralocal, aunque con el transcurso del tiempo son las poblaciones de Pozoblanco y Villanueva de Córdoba las que han mantenido su tradicional devoción, no sin haber planteado diversos y sonados pleitos por la propiedad del lugar y de la imagen, pleitos que concedieron a Pozoblanco la posesión aunque garantizando el derecho de las dos villas a compartir fervor, cultos y estancia de la Virgen en ambas localidades.
No tenemos constancia de la antigüedad exacta del edificio inicial pero a finales del siglo XVI el obispado autorizó diversas reformas y actuaciones sobre la espadaña, el tejado y la casa del santero.
Ya en 1585 contaba con tapias que rodeaban el perímetro del lugar. Hasta hace unas décadas, el recinto ha estado cercado con un muro de mampostería, hoy suprimido y sustituido por una verja que le proporciona mayor vistosidad.
A principios del siglo XVII el primitivo edificio resultaba tan pequeño y estaba en tan lamentables condiciones que se decidió levantar una nueva estructura arquitectónica que prácticamente venía a sustituir a la existente. Las obras de reedificación, impulsadas por el mayordomo Juan Moreno de Pedrajas, se llevaron a cabo entre 1611 y 1612 y los maestros alarifes que las dirigieron fueron Francisco López Portillo y Juan Martín de Bargas. Es el edificio que ha perdurado hasta nuestros días junto con el añadido de la zona del ábside y camarín, realizado a comienzos del siglo XIX.
Cuando finalizaba el año de 1624 el cabildo de Córdoba concedió autorización para hacer, junto a la ermita, la casa que utiliza la cofradía y también el humilladero enclavado delante del santuario aunque la cruz se levantó finalmente en 1642.
La ermita es de planta rectangular, con tres naves separadas por columnas de granito sobre las que cabalgan arcos de medio punto que soportan la cubierta de madera. El presbiterio es de planta cuadrada, cubierto con bóveda sobre pechinas con linterna. La cabecera es semicircular interiormente y plana al exterior, y la sacristía contigua tiene planta rectangular. Dispone de dos puertas de acceso, ambas labradas en granito y adinteladas, y de un pequeño pórtico. La espadaña es de ladrillo.
A uno y otro lado de la ermita encontramos las casas respectivas de las cofradías de Pozoblanco y Villanueva. También cuenta con una vivienda para los santeros que cuidan el lugar.
INFORMACÓN DE: COFRADIA VIRGEN DE LUNA.

MÚSICA DE FONDO: "SALVE A LA VIRGEN DE LUNA" Autor A. Calero Moreno.

viernes, 23 de febrero de 2018

PUENTE GENIL. NUESTRA SEÑORA DE LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN.


Historia: Imagen, Cofradía y Santuario

La devoción a la Purísima Concepción en Puente Genil era patente y de arraigo ya a comienzos del s. XVII. El primer documento existente en las Actas Capitulares data del año 1614, año en que ya existía su Cofradía. Según los historiadores locales del s. XIX esta se fundó en 1586.
Alrededor de la Imagen existen dos leyendas:

Cuenta la tradición que “...una noche de antiquísimos tiempos dos apuestos mancebos pidieron posada en una casa de la calle Madre de Dios,(que aún se señala con el número 3) frente a la ermita, y durante su estancia nocturna, en la habitación baja de la derecha, hicieron la Imagen de la Virgen con su Niño y desaparecieron sin que jamás volviera a saberse de los gallardos huéspedes, los que fueron tenidos por ángeles que tomaron aquellas figuras humanas para dejarnos en la Villa la Imagen de la Reina de todo lo creado”.

También por tradición se dice que “...en 1650 la Escultura dejó Ella misma su iglesia y se apareció en el hospital de los apestados, del barrio de las Cantarerías, al último de los frailes franciscanos que estaba enfermo...”

A finales de la primera mitad del s. XVII La Puente de Don Gonzalo se sumó a la apasionada defensa popular de la Limpia Concepción de María, pero el 8 de mayo de 1650 señalará el compromiso de los pontanenses con la causa inmaculista, al ser Nuestra Señora proclamada Patrona de la Villa.

El Voto de patronazgo coincidió con el momento más terrible de la epidemia de peste que estaba azotando a toda Andalucía. Este consistió en encomendarse a la Virgen, para sanar a la población bajo juramento popular en defensa de la Limpia Concepción de Ntra. Sra. y hacer fiesta todos los 8 de diciembre.

La inminente recuperación de forma repentina se atribuyó a la mediación de la Virgen, por lo que el Ayuntamiento acordó celebrar una solemne fiesta el 8 de Junio de ese mismo año, en que se declaró, por parte de los médicos, la salud del pueblo.

La aprobación del Voto, por parte de la autoridad diocesana, tiene lugar en 1661 por el Obispo de Córdoba, D. Francisco de Alarcón.

Ininterrumpidamente se ha renovado el Voto desde 1650. Nada ha sido excusa para que Puente Genil faltara a su cita, la más importante del año.

En 1751 el Vicario de la parroquia encargó al insigne imaginero Duque Cornejo una Imagen de la Inmaculada, sin el Niño, para que sustituyera a la antigua Escultura. Ya que este misterio era representado por los artistas de la época sin el Niño Jesús. El 6 de agosto de 1753 se celebró un Cabildo para debatir el cambio de la Imagen, pero por mayoría encabezada por el Alcalde, se decidió que permaneciera la Antigua, la que hoy conservamos, pues por tradición era la que había obrado el milagro de la curación de la peste.

Este hecho incrementó la devoción y culto y se decidió edificarle un templo mayor y más digno. En 1758 comenzaron las obras del actual Santuario, en el mismo lugar donde se encontraba su anterior capilla. De estilo rococó dejando ver la estética neoclásica en su portada terminada en 1799.

La devoción y los favores recibidos por parte de tan dulce Señora a través de los siglos, fueron los desencadenantes más decisivos para que el 9 de mayo de 1987, la Patrona de Puente Genil, fuese Coronada Canónicamente por el Sr. Obispo de Córdoba, Mons. Infantes Florido, ante una multitud de 8000 personas.

Posteriormente se han sumado a enaltecer a Ntra. Señora con la concesión por parte del Ilustre Ayuntamiento, de la Medalla de Oro con motivo del 350 Aniversario del Nombramiento de Patrona. Impuesta a la Stma. Virgen el 10 de septiembre de 2000. El 8 de diciembre del mismo año, el popular barrio de Miragenil se unió al Voto de la antigua Puente de Don Gonzalo.

El 14 de junio de 2001 sus S.S.M.M. los Reyes, Don Juan Carlos de Borbón y Doña Sofía de Grecia, aceptaban el nombramiento de Hermanos Mayores Honorarios, añadiéndose el título de Real a la Cofradía.

El 8 de diciembre de 2002 Su Santidad el Papa concede el título de Pontificia a la Patrona de la Villa, acompañado por las correspondientes Indulgencias Plenarias que se ganan en el Santuario pontanés.

Permanece la Imagen de la Purísima en su Santuario de la calle Madre de Dios desde donde es trasladada a la Parroquia Matriz para la solemnísima Novena de diciembre.



Cada 8 de diciembre tiene lugar la Solemne Función del Voto a la que asisten todas las instituciones tanto Civiles, Militares y Eclesiásticas, presididas por el Ilustre Ayuntamiento. Acto revestido del más intenso fervor y considerado como el más protocolario e importante en asistencia de fieles.

La procesión comienza a las 5 de la tarde, recorriendo las calles de Puente Genil hasta llegar a su Santuario, entre todo el fervor del pueblo que la acompaña. Todas engalanadas con el tradicional “farolillo” (luces en los balcones) desde el comienzo de sus cultos.

También señalar el importante auge que está adquiriendo la Cofradía en los últimos años, reflejándose en las importantes restauraciones del Santuario y su patrimonio, así como la adquisición de nuevos enseres de culto. Cabe destacar las imposiciones de las medallas de oro de las Corporaciones Bíblicas: Virtudes Cardinales y Sibila de Cumas el 25 de marzo de 2000, la Hdad. del Rocío el 3 de junio del mismo año, el Juicio de Salomón y las tres Marías el 22 de marzo de 2003, los Apóstoles el 11 de diciembre de 2004, y como broche final, el 8 de diciembre de 2008 la Agrupación de Cofradías y Corporaciones Bíblicas nombró Patrona de dicha Asociación imponiéndole su Medalla de Oro a la Stma. Virgen de la Concepción.
El día 28 de enero de 2013, en el pleno del Ayuntamiento, fue aprobada la moción por la cual la Purísima Concepción, Patrona Coronada de Puente Genil fue distinguida con el honor de Alcaldesa Perpetua de la Villa. El 1 de mayo del mismo año, el Sr. Alcalde, Esteban Morales, impuso la Vara de mando en una solemne función religiosa.

Todo ello para engrandecimiento y objeto de ensalzar y venerar la Imagen de Nuestra Señora Patrona de la Villa.

El Santuario


El Santuario que cobija a la Patrona de Puente Genil es una construcción de la segunda mitad del siglo XVIII. En su solar se levantaba otra ermita, dedicada a San Antón. En 1533 Juan Ruiz Madreo fundó capellanía servidera en ella. En 1758, gracias al auge de su Cofradía y a la devoción que la Imagen de la Virgen tenía, comenzaron las obras de la nueva iglesia desde su cabecera, esto es, el camarín, el presbiterio y el crucero. Está documentada toda la edificación, así como la intervención de Miguel del Castillo, Juan López Segura y Antonio Román.
Posee el templo dos portadas; la principal se caracteriza por su monumentalidad respecto al interior de la obra. Esta portada se acabó en 1799, dejando ver la llegada de la estética neoclásica y fue hecha por el maestro cantero Ramón Gallardo y un hermano suyo, naturales de esta Villa. Está constituida por un arco de medio punto enmarcado por dos torres, de las cuales solo está finalizada la derecha que acoge el “ Reloj de la Villa”, este perteneció a la Inquisición de Córdoba y fue colocado el tres de Mayo de 1821. Anteriormente hubo otro que permaneció en su torre desde 1605 hasta 1655.
El interior es de una sola nave con crucero señalado levemente en planta y marcado en el alzado por una cúpula elíptica. La nave está cubierta por una bóveda de cañón con lunetos y en sus muros se ubican sendos altares de medio punto. La decoración tanto de la nave como de la cúpula, está formada por una serie de yeserías que fueron realizadas en las diferentes etapas constructivas, aunque guardan unidad estilística. Las que cubren la capilla mayor se han relacionado con gravados franceses de la segunda mitad del setecientos.

El retablo mayor está fabricado en yeso policromado y es obra de 1764. El autor del relieve de Santiago del ático fue Juan López Segura y realizó su policromía  Francisco Ximénez en 1766. Dentro de una estética rococó, la obra presenta dinamismo en su trazado. En 1764, Pedro de Mena realizó el manifestador sobre el cual se alza  el camarín de la Virgen. Este es de planta octogonal con pilastras en sus ángulos, cubierto por una cúpula oval con linterna y decorado con rocalla y querubines.
La Imagen de la Virgen de la Concepción es la talla mariana más antigua de Puente Genil, representa a la Madre de Dios con el Niño Jesús en  sus brazos. Es obra anónima de principios del siglo XVI.
En el presbiterio cuelgan un lienzo de gran dimensión de la Virgen de Guadalupe y uno de menor tamaño de la Coronación de la Virgen, ambos del setecientos.
En el crucero, a la izquierda, está el altar de San José, con una imagen moderna del mismo, mientras que frontero a éste se sitúa el de la Virgen de la Guía, dolorosa trasformada en 1974 por Martínez Cerrillo.
En el lado izquierdo de la nave se suceden los altares del Señor del Huerto, obra de las primeras décadas del siglo XVIII y la Virgen de la Victoria, imagen neobarroca debida al sevillano Juan Ventura, 1986. Destaca la mesa de este altar obra del siglo XVIII. En el último altar de este lateral se encuentra una imagen de principios del siglo XX de un ángel que portaba la custodia el día del Corpus. Actualmente procesiona la valiosísima de plata, llamada popularmente como “castillito” que data de 1563 y que fue regalo de los Marqueses de Priego a la Villa. En el altar contiguo al de la Guía se venera el grupo escultórico de la cofradía del Lavatorio, obra del pontanés Palos  Chaparro de 1990.
En último lugar, en el lado de la derecha, se sitúa una pequeña capilla dedicada a San Judas Tadeo, óleo sobre lienzo realizado por el pintor local Clemente J. Rivas, del mismo autor es el la obra situada a la izquierda que representa a Santa Ángela de la Cruz. Frente a éste, Santa Catalina obra del pintor pontanés Javier Aguilar. De estos mismos artistas son los retratos de los obispos que flanquean el  cancel. Encima de la puerta del coro cuelga otro lienzo que representa al Ecce-Homo del pintor Salmaestra.

Este Santuario sufrió la última restauración en 1997, aunque no cesan sus cofrades y fieles de incorporar y aumentar su patrimonio, por la gran devoción que los hijos de esta tierra profesan a su Patrona la Purísima Concepción.
Música de fondo: Salve Final durante la Novena en honor a Ntra. Sra. de la Purísima Concepción.